Opinión 

¿Un gabinete diferente? – Isidoro YESCAS

festeja alejandro

Isidoro YESCAS

En la integración de los gabinetes de los gobiernos  locales  confluyen varios factores: amistad, identidad partidista, identidad grupal, clase social, cuotas de campaña, trayectoria política, prestigio y formación académica.

Generalmente la  amistad, identidad partidista y grupal y las cuotas de campaña prevalecen sobre los otros factores, y el mayor o menor peso de cada factor está en función de la propia formación política y compromisos político-electorales del gobernador en turno.

En los gobiernos de José Murat y Ulises Ruiz los gabinetes se poblaron mayoritariamente con amigos y priístas de viejo cuño , operadores electorales , hombres y mujeres con bajos perfiles profesionales y  escasas cartas académicas pero bregados en  la política-política. Fueron gabinetes muy compactos en términos grupales,  sobre todo si se toma en cuenta que el arribo de Murat a la gubernatura estuvo precedida de rupturas con los diodoristas y heladistas.

En el primer tramo del gobierno de URO su gabinete prácticamente se integró con muratistas, pero después de la ruptura del 2006 hubo ajustes y reacomodos tanto en el gabinete legal como el gabinete ampliado.

Las reglas escritas y no escritas se modificaron parcialmente en el 2010 con el primer gobierno de alternancia.

En esta ocasión, y en tanto su ascenso a la gubernatura fue resultado de una alianza electoral con el PRD, PT y PAN, y de pactos políticos con organizaciones no gubernamentales y sociales, el gabinete de Gabino Cué Monteagudo se caracterizó por su hibridez en donde lo mismo pasaron lista de presentes amigos de infancia, priístas , miembros destacados del círculo diodorista y algunos empresarios y exempleados bancarios, contados cuadros del PRD,PT ,PAN y de organizaciones de la sociedad civil ,así como académicos universitarios.

Un gabinete híbrido,  a cuyos secretarios se les exigió como requisito contar con título profesional con la ingenua pretensión de elevar el perfil de la alta burocracia política. Sin embargo, al no exhibirlo o de plano carecer del mismo se hicieron todo tipo de malabarismos legaloides y administrativos para sostener a algunos, renunciar a otros y, finalmente, dejar sin efecto la genial iniciativa.

Lo que entonces mediáticamente se pretendió vender como un primer ejemplo a nivel nacional de coalición gobernante terminaría en un gobierno de alternancia  pero sin transición democrática y  con un gabinete de cuotas y cuates, que,con algunas notables excepciones,terminan igual o peor que la vieja burocracia  priísta que había gobernado Oaxaca antes del 2010.

Ahora, con la segunda alternancia, el PRI regresa al poder en una entidad con serios problemas de gobernabilidad, un gobierno quebrado financieramente y con una alta desaprobación ciudadana, producto de un deficiente ejercicio del poder, bajo rendimiento social y estigmatizado por una corrupción que permeó en prácticamente todos los niveles de la administración pública estatal.

Estos factores, sumado a un poder legislativo con una endeble mayoría priísta y organizaciones sociales permanentemente movilizadas, obligarían al gobernador electo Alejandro Murat  a integrar un gabinete plural, eficiente y con alta sensibilidad política, no necesariamente de coalición, pero sí lo suficientemente representativo del mapa social y político de Oaxaca.

Hasta ahora no existen señales en ese sentido y todo parecería indicar que el gabinete estará mayoriteado por políticos priístas identificados con el muratismo “histórico”,quienes cohabitarán con cuadros técnicos y tecnócratas del priísmo formados  en la escuela del grupo Atlacomulco.

Lo que bien podría denominarse el gabinete político podría estar dominado por el viejo muratismo y algunos compañeros de viaje, en tanto que en el gabinete financiero-administrativo estaríamos observando caras nuevas, con altos perfiles profesionales y académicos.

En todo caso, lo que se esperaría es que en el gabinete alejandrista el sello de la casa no sea obstáculo para que la cíclica esperanza sexenal de los oaxaqueños  encuentra un punto de apoyo en los nuevos  administradores y funcionarios públicos y no un referente negativo que acreciente su frustración y desesperanza con los políticos y gobernantes.

@YescasIsidoro: twitter.

 

Noviembre 9 del 2016.

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